jueves, 30 de diciembre de 2010

La justicia iraní condenó a un hombre a perder un ojo y una oreja


Sakineh Mohamadi Ashtiani es una mujer iraní acusada de adulterio y complicidad en el asesinato de su marido. La justicia de ese país ordenó la horca, pero la movilización internacional ha evitado su ejecución.
 MEDIO ORIENTE En una aplicación literal de la ley del talión, del ojo por ojo y diente por diente, un iraní fue condenado a esa pena por haber cegado con ácido a otro hombre.


El hombre, identificado como Hamid, fue encontrado culpable de un ataque en 2005, según informó la  agencia iraní de noticias FARS. Hamid dijo a la policía que había confundido a su víctima -identificado sólo como Davoud- con un antiguo compañero que le había intimidado en la escuela.
“En la escuela secundaria, algunos de los compañeros de clase me intimidaban tanto que tuvimos que pasarnos a vivir de una ciudad a otra. Esto fue calando en mi mente y no pude superarlo”, dijo a FARS.

"Compré ácido (sulfúrico) y volví a mi antiguo colegio y esperé a que algunos de los compañeros de clase salieran. Cuando él (Davoud) salió, lo seguí y le arrojé ácido y también me lesioné mis propias piernas al hacerlo", agregó.

Davoud, quien tenía 22 años en el momento del ataque, negó haber conocido a Hamid, pues entre los dos hay una diferencia de edad de dos años por lo cual no pudieron haber estado en la misma clase.

Pese a que Hamid confesó que había atacado a Davoud por error, al confundirlo con un compañero de clase que le hacía la vida imposible, el juez Aziz Mohamadi le condenó. Según la tradición, el castigo consiste en arrojar ácido también contra el acusado. Además tendrá que pagar una compensación económica, cuya cuantía no se ha revelado.

En un caso similar en noviembre de 2008, Majid Movahedi fue condenado a perder los dos ojos tras heberse declarado culpable de arrojar ácido a Ameneh Bahramia, una mujer que se negó a casarse con él. Hasta ahora no se ha confirmado si la sentencia se ha llevado a cabo.

Sin embargo, en octubre en Irán le fue amputada la mano a un ladrón convicto en una prisión en la ciudad central de Yazd.

En los últimos días, Irán ha estado bajo la lupa por la sentencia a muerte contra Sakineh Mohammadi Ashtiani, de 43 años, quien fue condenada a lapidación por haber cometido adulterio. Hasta ahora ella ha escapado a la condena debido al rechazo internacional contra la medida.

Irán ha ejecutado al menos a 200 personas en los últimos 10 meses, según el sitio web de derechos humanos rahana.org.


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